Recuerda que la succión que realiza tu bebé en tu seno en cada tetada desencadena la señal hormonal para empezar a producir leche, por eso entre más le des, más produces, entre menos le des, menos produces. Si sientes que se te llenan mucho tus senos, aplícate fomentos fríos durante unos minutos (una bolsa con hielos, un apósito de gel frío u hojas de col frías). La aplicación de frío en la zona hace que se descongestionen vasos y conductos. Si tus senos están muy llenos, y la suspensión de la lactancia será gradual, puedes extraerte de forma manual (con las manos limpias, más no con extractor) un poco de leche mientras te das un regaderazo de agua tibia. Extrae sólo la leche necesaria para que se vacíen un poco tus senos y sientas alivio. Después puedes aplicar tus apósitos fríos. Siempre debes estar pendiente si tus senos se ponen rojos, calientes, muy dolorosos, te da fiebre o aparece alguna bolita en alguno de tus senos. Si es así debes consultar con tu médico porque pueden ser síntomas de una mastitis.
Otra opción es que preguntes a tu médico si puedes tomar algún analgésico para aliviar las molestias o sobre algún medicamento para suspender la lactancia de forma definitiva. Si decides realizar el destete de forma definitiva, puedes vendarte los senos para comprimirlos y no permitir a tu bebé acceso al seno por ningún motivo. Deberás estar pendiente si se te congestionan mucho y en ese caso aplicar apósitos fríos (sin dar masaje ni sacarte leche) y pedir a tu médico que te prescriba algún analgésico-antiinflamatorio.
Recuerda que puedes continuar la lactancia materna el tiempo que quieras sin ningún problema, siempre y cuando la alimentación complementaria de tu hijo sea la adecuada para su edad. La Organización Mundial de la Salud establece que puedes continuar con la lactancia materna incluso más allá del año de edad si el niño y la mamá así lo desean.
Dra. Ana Greene Gondi
Médico especialista en Nutrición Clínica y Educación Perinatal
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